EL TERRORÍFICO CASO DE CARMEN PÉREZ PINOCHET, LA MODELO MUTILADA
Texto
del periodista Sebastián Foncea M., tomado de la sección de especiales
del diario "La Cuarta" (06 de diciembre de 2006). Publicación especial
en internet sobre este famoso caso de la criminología santiaguina
conocido para la posteridad como "La Modelo Descuartizada".
LA HISTORIA
En 1984 Patricia del Carmen Pérez Pinochet (24) compartía su tiempo entre el modelaje y la atención de un Rent a Car
ubicado en el Hotel Carrera, donde conoció a un camarógrafo argentino
que trabajaba de corresponsal para la cadena NBC en nuestro país. Los
jóvenes simpatizaron e iniciaron una relación amorosa que tendría un
dramático final. Con el correr de los meses la pareja se afiató y
comenzó a viajar continuamente entre Santiago y Buenos Aires, pero todo
se derrumbó cuando en agosto la mujer quedó embarazada. Luego de
pensarlo detenidamente decidieron que la criatura que estaba en
gestación no podía nacer, así que el 20 de noviembre viajaron desde la
capital argentina a Santiago con la intención de interrumpir el
embarazo.
Una amiga le recomendó a Patricia un lugar “donde el trabajo lo hacen bien”
y el fotógrafo le pasó 60 mil pesos de la época (500 dólares) para
pagar el aborto. La modelo llegó a las 7 de la tarde del jueves 22 de
noviembre al Centro Médico Nacional, ubicado en Bulnes 80, y se entregó
confiadamente a las manos de los “especialistas”.
La
intervención estuvo a cargo de José Manuel Altamirano Vallejos,
entonces de 47 años, un sujeto que nunca terminó la carrera de medicina,
y de su arsenalero, quien se hacía pasar por sicólogo y nunca pisó la
universidad. Todo resultó mal. No está claro si Patricia sufrió un
infarto al miocardio o se desangró por la impericia de sus cirujanos. Lo
único cierto es que murió un día después de la intervención a las 8 de
la tarde.
DESESPERADOS
Con
el cadáver en la camilla, los parteros se vieron enfrentados a dos
opciones: O daban cuenta del hecho a las autoridades o se deshacían del
cuerpo para hacerle el quite al peso de la ley.
El
“médico” tomó el toro por las astas y decidió hacer desaparecer el
cadáver y con él el fantasma de la cárcel. Con ayuda de su asistente y
de un filoso bisturí procedió a descuartizar el hermoso cuerpo de la
modelo en ocho partes. Luego las envolvió en bolsas negras de
polietileno e involucró en el siniestro plan a su amante: Una atractiva
mujer de 25 años.
El
“sicólogo” se quedó limpiando las pruebas y la pareja descendió con
sangre fría desde el sexto piso de la clínica, pasando junto a la
Oficina de Comunicaciones de Carabineros y el OS-7, ubicados en el mismo
edificio.
Introdujeron
los restos en la cajuela de un auto y manejaron rumbo a El Monte. Los
amantes se internaron por un sitio de abundante vegetación y abandonaron
las bolsas en un pozo con agua, a 5 metros del cauce del río Mapocho.
Pero
aún faltaba la coartada. Los delincuentes adulteraron las fotos de los
documentos de Patricia para que los pudiera utilizar la amante del
médico con la intención de viajar a Buenos Aires con el nombre de la
fallecida. La idea era hacer creer que la pista de la joven se perdía en
Argentina. Y así lo hicieron.
Nota:
cabe recordar que la modelo asesinada había tenido un pequeño papel en
el filme de Alejo Álvarez titulado "Cómo Aman los Chilenos", estrenado
al año siguiente de su trágica muerte. Años después, el descuartizador
Altamirano aparecería vinculado al asesinato del abogado Rolando Coloma
Vera (2002).
LAS HUELLAS
El
día después de la muerte de Patricia su pareja llamó al centro médico
para saber de su salud. Le dijeron que se estaba recuperando fuera de
Santiago y el fotógrafo no tuvo más noticias hasta que la policía se
comunicó con él y lo acusó de ser parte del grupo que la prensa bautizó
como “Los Socios de la Muerte”.
El
plan de los criminales se derrumbó cuando los investigadores lograron
determinar la identidad de la víctima, gracias a las huellas digitales
del cadáver que fue encontrado por unos niños el 2 de diciembre. En las
pesquisas dieron con la amiga de Patricia, quien contó dónde la joven
había ido a hacerse el aborto. Con ese dato no fue difícil dar con los
responsables, que confesaron su participación.
El horrendo caso causó gran revuelo por la juventud y el atractivo físico de la mujer, quien fue sepultada el 27 de diciembre.
Investigaciones detuvo a Altamirano y a otras seis personas, incluido el pololo argentino.
En
el proceso se estableció que el falso médico era responsable de otra
muerte por aborto, en 1982, y que tenia causas por giro doloso y estafa.
Sin
embargo obtuvo la libertad bajo fianza cuando llevaba casi tres años
preso. En 1987 fue condenado a 15 años por el homicidio y a otros dos
por ejercicio ilegal de la medicina, pero no fue hallado para la
notificación. Más tarde fue detectado en una cárcel de Paraguay y
extraditado en 1993.
Especulaciones dieron para todo: De sicópata a balazos
La tarde del domingo 2 de diciembre de 1984 una patrulla del grupo scout de la Parroquia San Francisco, de El Monte, encontró en medio de una excursión los restos de Patricia Pérez Pinochet.
Dos
niños exploraban la ribera del río Mapocho y se entusiasmaron cuando
pensaron que habían encontrado lo que parecían los pedazos de un cerdo
en descomposición. Llamaron a su guía, Marco Antonio Contreras Bustos,
de entonces 21 años, quien con espanto dio la alerta al distinguir
(debido a sus pechos) que el torso desnudo pertenecía a un mujer.
En
los alrededores encontraron luego la cabeza, los brazos y las piernas,
así que de inmediato avisaron a Carabineros, que acordonó el lugar.
Durante los primeros días las especulaciones dieron para mucho. En un
primer momento se habló de un sicópata que habría violado a la mujer, e
incluso fueron identificadas algunas prendas femeninas como
pertenecientes a una supuesta víctima.
Las
mujeres desaparecidas del sector fueron cotejadas con las
características del cuerpo, pero ninguna se asemejaba a la fallecida.
También fueron empadronadas todas las bailarinas de los cabarets de los
alrededores... y nada. No existían noticias sobre la desaparición de
alguna chica de la noche.
Incluso
fue portada de los diarios que el cráneo presentaba una perforación de
bala, lo que sería tajantemente desmentido en el transcurso de la
investigación.
Finalmente
las huellas digitales dieron con la identidad: Se trataba de Patricia
Pérez Pinochet. Y a pesar de que su familia no había hecho ninguna
denuncia por una posible desgracia, la hebra les permitió a los
investigadores dar con los responsables.
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