DE MEMORIAL A ANIMITA: EL MONOLITO DE DANIEL MENCO

 

Coordenadas: 18°28'41.20"S 70°18'34.84"W
Tenía 23 años el estudiante de auditoría de la Universidad de Tarapacá, Daniel Menco Prieto, cuando se encontraba entre los participantes de las protestas universitarias de Arica el 19 de mayo de 1999, en el marco de las intensas movilizaciones estudiantiles provocadas por el déficit del fondo solidario y en lo que parece ser la génesis de las demandas del estudiantado nacional que hoy son conocidas.
De origen modesto, Menco vivía en un barrio cercano a la antes llamada Plazoleta Arauco (no confundir con la Plaza o Parque Arauco, de Juan Noé con Santa María) y el Cementerio Municipal de Arica, y con esfuerzo estudiaba a la vez que trabajaba a un costado de este mismo sector ariqueño, en una distribuidora de gas licuado situada en la esquina de calle José Victorino Lastarria con Arauco, en un local que hoy sigue en el mismo rubro pero con otros dueños, ya que el propietario que tenía en aquellos años falleció. Como se encargaba de labores de venta y distribución, era un muchacho muy conocido y querido entre los vecinos de este lado de la ciudad, quienes lo reconocían por su buen trato y sus ganas de surgir.
Pero aquel día miércoles, la vida y las expectativas de Menco iban a truncarse de súbito. Por razones nunca aclaradas, se utilizaron balines metálicos en al menos una de las armas de Carabineros de Chile, en lugar de los perdigones de goma empleados para disolver huelgas como la que tenía lugar allí en la sede de la Universidad de Tarapacá. En la refriega, uno de los balines mortales alcanzó su cabeza, desplomándose en el suelo y sin levantarse más: quedó de inmediato con muerte cerebral y falleció a los dos días, el viernes 21. Hubo otros tres heridos esa noche, cuanto menos.
 
Si bien los fallecidos en manifestaciones y huelgas desde el regreso de la democracia se remontan al propio gobierno de Patricio Aylwin, el caso de Daniel Menco adquirió una especial notoriedad y se convirtió en un verdadero símbolo, casi una bandera. Y aunque partidarios del gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle corrieron a intentar describir esta muerte como un resabio incontrolable de la Dictadura o resultado de la animosidad de funcionarios de Carabineros de Chile (de la misma manera que otros hablaban de un hecho "accidental" y negaban el uso de los balines de acero), se denunció el nivel de violencia con que había actuado la fuerza pública en las protestas realizadas por todo Chile a propósito de lo mismo.
Más aún, se sugirió entonces que la tragedia se debió a alguna decisión o instrucción emitida por las autoridades de turno en vista de que se acercaban la apertura de sesiones ordinarias del Congreso y la rendición pública del informe político-administrativo del 21 de mayo, en momentos de gran impopularidad para el Palacio de La Moneda. A la sazón, además, las manifestaciones se habían ido volviendo cada vez más masivas y agresivas, no sólo en lo relativo al problema del estudiantado.
La muerte de Menco siguió revistiendo características polémicas por largo tiempo más. No me corresponde detallar aquí los vaivenes judiciales ni las controversiales circunstancias que siguieron dándose alrededor del caso, pero sí fue claro que la muerte del estudiante se ha erigido como una mácula simbólica en la democracia chilena, por ser uno de los más sensibles fallecimientos ocurridos por acción de fuerzas policiales del Estado ya en la época post Dictadura.
En los días aún viviendo el luto por la partida de Daniel, los vecinos del sector de calle Arauco se organizaron y levantaron un pequeño monolito-altar al centro poniente de la plaza del mismo nombre, justo atrás de las floristas del cementerio. Lo hicieron liderados por el residente local y comerciante don Hugo del Pino, posterior funcionario municipal y quien tuvo la iniciativa de hacer el memorial asistidos por los dueños de la distribuidora de gas donde trabajaba el muchacho.
El sitio escogido para colocar el altar de albañilería no es azaroso: la misma plaza donde tantas veces se le vio durante sus jornadas laborales, a pasos de la distribuidora de gas donde trabajaba, como se ve en una de las fotografía que acá reproduzco. Es de media altura, grueso, cubierto de azulejos, con forma de cubo trapezoide con base de montaje, trunco de cara superior en ángulo y un compartimento interior con ventanilla de vidrio y aluminio, donde se ve una imagen de Daniel. Está rodeado de una reja circular baja. Una placa metálica frontal dice lo siguiente:
EN MEMORIA DE NUESTRO
ETERNO AMIGO
"DANIEL MENCO PRIETO"
23-12-1975  -  21-5-1999
ARICA - CHILE
En una placa de mármol colocada en la parte superior del monolito, hecha con forma de libro abierto, se ha inscrito para el recuerdo el siguiente mensaje con rimas deliberadas:
Daniel Menco Prieto.
Héroe de una jornada que a la ley dejaste en aprieto y a una ciudad acongojada.
No tenemos sed de venganza, pero nos asiste el derecho, que por una mejor enseñanza pusiste al frente tu pecho.
Atrás del monolito, sobre una superficie pintada de blanco, una inscripción hecha pincel resume la historia alrededor del homenajeado y se reconoce el interés que existió desde el principio entre los vecinos, por cambiarle el nombre de la plazoleta por el de Plaza Daniel Menco (nótese que la primera letra del último grupo de frases forma el nombre DANIEL):
EN MEMORIA DE:
DANIEL MENCO PRIETO
(Q.E.P.D.)
AYER: ESTUDIANTE - TRABAJADOR
HOY: ESTUDIANTE - MÁRTIR
DISTE TU VIDA POR LOS DEMÁS
A TU NOMBRE SE CREÓ UNA BECA PARA UN ESTUDIANTE TRABAJADOR
NUNCA SE TE OLVIDARÁ
INCLUSO ESTA PLAZA LLEVARÁ TU NOMBRE
ERAS MUY TRABAJADOR, HONESTO Y CARIÑOSO
LAMENTAMOS TU PRONTA PARTIDA.
La razón por la que incluyo el memorial de Daniel Menco en la condición de animita, es por lo que he podido observar personalmente en el tipo de relación de los visitantes del monolito allí en plaza. Si bien las pergoleras de flores que están al lado y hacia la entrada al Cementerio Municipal muchas veces se encargan de mantener el altarcillo con flores y ramos, es corriente que se acerque gente en condición devocional: haciendo rogativas y pidiendo favores al alma de Menco, a pesar de que este monolito no está asociado al sitio específico de su muerte.
Es un animita, además, porque se la toma casi como por "transmisor" de oraciones hacia el ánima del muchacho, dejándole también papelitos, de vez en cuando, donde se solicitan favores o se agradecen, aunque no duran mucho a la vista por hallarse a la intemperie. Es mucho más que sólo un punto de recuerdo, por lo tanto; y también como sucede con muchas animitas, por desgracia también ha sido vandalizada en algunas ocasiones.
Creo que este caso es el típico de un memorial funerario que supera una fase de proto-animita y se convierte directamente en animita como tal, con todo lo que involucra: deudos, creyentes y agradecimientos por favores concedidos. Como aún predomina el carácter conmemorativo que le imprimieron originalmente los ciudadanos ariqueños, sin embargo, todavía no aparecen las placas de gratitud o los elementos iconográficos más cristianos, pero es probable que con el tiempo vayan asomándose allí, pues la relación de fe ya existe. Mientras tanto, los agradecimientos se formulan en cartas que dejan los devotos al pie de esa pieza memorial, y las ofrendas en las velas y las flores..
Así pues, el homenaje que se hizo a Daniel Menco en la plaza que ahora lleva su nombre, inevitablemente ha acabado siendo tomado también por otra animita de Arica, algo que lejos de tergiversar o alterar el sentido original de la pieza, garantiza perduración de su memoria y de su tragedia en el conocimiento popular.

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